Competencia lectora. Empieza por motivar.

Si bien la capacidad de relación es intrínseca a todo ser humano y ha conducido hacia formulaciones como la de Aristóteles, “el hombre es un ser político por naturaleza”; la lectura es una invención humana que responde a la necesidad de resolver problemas derivados de una nueva forma de economía e intercambios humanos (Solé, 2011). 

Por este motivo, se puede afirmar que el acto de leer ha evolucionado con el paso de la historia hasta la comprensión actual. Hoy no se lee igual que ayer, ni se leerá igual que mañana, lo que conlleva afirmar que la lectura es un acto temporal (Solé, 2011) y que se circunscribe a su contexto, finalidades y circunstancias. 

Saber leer, por lo tanto, va más allá de la descodificación de un texto escrito (Labajo, 2019), se trata más bien de una capacidad compleja y multidimensional por la cual el lector relaciona, comprende, interpreta e, incluso, se posiciona críticamente ante él. Por esta razón, la competencia lectora se inserta en el proyecto vital de la persona, ya que no solo permite el acceso al conocimiento, sino que también desarrolla la capacidad de pensar y aprender (Solé, 2011). 

Jiménez (2014) diferencia entre comprensión lectora y competencia lectora. La primera hace referencia al individuo y lo relaciona directamente con el texto; mientras que la segunda la entiende como la habilidad de emplear dicha comprensión lectora para desenvolverse en la sociedad. De manera que la competencia lectora comprende «la pragmática, la socialización, la inteligencia social y la inteligencia ejecutiva» (Jiménez, 2014, p. 71). 

Por lo tanto, una nota importante que hay que destacar es que a leer se aprende siempre (Solé, 2011). Será muy útil para la persona adquirir una competencia estratégica en comprensión lectora que le ayude a elaborar, organizar y evaluar la información textual, así como a discriminar determinadas herramientas cognitivas dependiendo de la circunstancia o la finalidad del texto y, finalmente, que permitan la metacognición, es decir, las inferencias y relaciones apropiadas (Gutierrez-Braojos y Salmerón, 2012). 

En último lugar, como señala Labajo (2019), a los niños no les suele gustar leer, por ello, resulta esencial la motivación del texto y la finalidad que persiga. El lector «lee con alguna finalidad» (Jiménez, 2014). Por lo que, si se es capaz de relacionar el texto con situaciones reales y significativas para el alumnado, se conseguirá una mayor motivación y, consecuentemente, una facilidad a la trabajar esta competencia lectora. 

Presentación y justificación del texto elegido. 
El texto que se ofrece a continuación es la explicación detallada de un juego tradicional. En este caso, se trata de un juego de África, por el cual se relaciona análogamente la persecución del león al impala con la actividad que deben realizar los niños. 

La elección de este texto se debe, por un lado, a la facilidad de la lectura, ya que apenas presenta conceptos desconocidos, y, por otro lado, a la motivación que genera la vinculación del aprendizaje con el aspecto lúdico del mismo. 

La motivación inicial, por lo tanto, que el profesorado puede realizar va más allá del simple hecho de leer y comprender este texto, sino que se debe invitar a los grupos cooperativos que, después de la lectura y la comprensión de este texto, se llevará a cabo el juego que aquí se expone con otros niños de otras clases. De esta manera, la finalidad y la motivación para la lectura crece exponencialmente. 

Destinatarios y temporalidad. 
Los destinatarios de esta actividad serán los niños y niñas de 3º de Educación Primaria. La actividad se inserta dentro del temario de Lengua castellana y literatura, por la cual se persigue la mejora de la comprensión lectora del alumnado. Puede, al mismo tiempo, estar vinculado con otras asignaturas como Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, ya que posibilita la investigación sobre determinados animales, lugares geográficos o juegos tradicionales.

La elección de este curso se debe a que al combinar la lectura con el juego, se puede observar, por un lado, el interés y la motivación del alumnado por la lectura, así como identificar posibles situaciones problemáticas en la comprensión lectora que vayan más allá de la lectura fluida o la descodificación de las palabras. Esto último se extrae de que uno de los estándares de aprendizaje de BOCM, n. 175 (25 julio 2014) para segundo de primaria recoge que: «Lee, sin silabeo, textos breves en voz alta, con la pronunciación, la fluidez y el ritmo adecuados respetando los signos de puntuación». 

En relación con la temporalidad que llevará la ejecución de esta actividad, se indica que se llevará a cabo a lo largo de una sesión de Lengua castellana y literatura (45’) más un tiempo de 30’ que se haya acordado con otro profesor de otra clase, a poder ser en el tiempo de Educación física, para explicar y jugar a este juego. 

Actividades que se llevarán a cabo. 
Actividades previas a la lectura. 
Antes de iniciar la lectura del texto, el profesorado proyectará las imágenes que se encuentran asociadas a la lectura, es decir, los dos animales, el globo terráqueo indicando el continente africano y el corro de niños jugando. 

A partir de aquí, esta primera actividad consistirá en activar el interés del alumnado por la lectura y, al mismo tiempo, anticipar aspectos relacionados con el contenido, a la vez que generar preguntas que puedan ser resueltas una vez que se haya leído y comprendido el texto. 

En voz alta, el profesorado puede realizar las siguientes cuestiones: 
o   ¿Qué observamos en las imágenes?
o   ¿Hay alguna relación entre ellas? ¿Crees que están relacionadas? ¿Sabes cómo se llaman los animales ahí representados? 
o   ¿Qué sabemos de este gran continente que se encuentra en el globo terráqueo indicado? ¿Sabemos qué son las tribus? ¿Qué lenguas creen que hablan las personas que viven en África? 
o   ¿Todos los niños y niñas juegan? ¿Qué son los juegos tradicionales? ¿Puedes imaginar cómo debe ser este juego? ¿Serías capaz de proponer unas sencillas normas para jugar, solo viendo las imágenes? 

Durante la lectura. 
Se les entregará el texto y deberán realizar una lectura silenciosa. Se les indica que realicen, en primer lugar, una lectura silenciosa que les ayude a saber de qué trata el texto al que se enfrentan. En segundo lugar, pueden anotar en su cuaderno aquellas palabras que no comprendan y realizar un pequeño esquema o boceto en el que se recojan las normas básicas del juego que se ha leído. 


Durante la lectura silenciosa, el profesorado podrá observar las siguientes cuestiones: 
o   Postura corporal. La espalda debe estar recta, en una postura cómoda. 
§  En el caso de que la postura no sea la correcta, se puede ayudar a colocarse bien y se le explicará cómo debe colocarse. 
o   Distancia y posición del papel y los ojos. Es importante que la hoja esté recta, ya que esto facilitará la fijación horizontal. El alumno debe estar a unos 30 cm de distancia del papel. 
§  En el caso de que se observe algún folio girado, se procurará ubicar de la manera correcta. Así como si se observa la inclinación en la cabeza de algún niño o niña. También se estará atento al esfuerzo que hacen con la vista, puede ser que se detecte alguna necesidad ocular. 
o   Ayudas. Algunos niños puede que se sirvan del dedo o de algunos instrumentos para seguir la lectura. 
§  Es conveniente que se vayan retirando dichas ayudas y se favorezca el desarrollo de los movimientos sacádicos oculares. 
o   Atención a la boca. En el caso de que el niño mueva los labios, esto indicará que está realizando una lectura en voz alta, aunque no se le oiga o lo realice muy bajito.
§  Es importante trabajar con estos niños y niñas, ya que quiere decir que todavía no tienen asimiladas las capacidades propias de la lectura silenciosa o mental. 

Actividades posteriores a la lectura.  
Las actividades que se presentan a continuación presentan como objetivo identificar la comprensión lectora que cada niño y niña han realizado de la propia lectura, así como, posteriormente, trabajar la competencia lectora, es decir, inferir y extraer los contenidos necesarios de la lectura para ejecutar correctamente el juego. Asimismo, se ofrecen actividades que evalúen la habilidad visual, la atención, la memoria a corto plazo y a largo plazo. 

Actividades orientadas hacia la identificación del texto. 
Se entregará por escrito las siguientes cuestiones que pretenden descubrir si el alumnado es capaz de diferenciar los elementos esenciales del texto. 

1)    ¿Qué información ofrece este texto?
a.     Instrucciones de un juego para niños. 
b.     Normas de comportamiento durante el recreo. 
c.     Cuento de un león que persigue a un impala. 
d.     Información sobre el hábitat de los animales africanos. 
2)    ¿Dónde podemos encontrar este texto?
a.     En una página de internet. 
b.     En un libro de juego infantiles. 
c.     En una revista de animales. 
3)    ¿Qué se necesita para jugar a este juego?
a.     Un tablero. 
b.     Unos pañuelos. 
c.     Unos dados. 

Actividad orientada a mejorar la atención. 
Sopa de letras. Deberán identificar las ocho palabras que se encuentran en el texto. 


Actividades orientadas a la memoria a corto plazo. 
Deben indicar si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas: 
1)    En el centro del corro hay un jugador. (F)
2)    El juego no se acaba hasta que la gacela es atrapada. (F)
3)    Cada partida dura cinco minutos. (F)
4)    Los jugadores del corro ayudan al león y al impala. (V)
5)    Hay que saber zulú para jugar. (F)
6)    El león pasa al corro en el siguiente turno si no atrapa al impala. (V)

Actividades orientadas a la habilidad visual. 
1)    A continuación, se presenta una imagen en la que los niños deben identificar cuántos animales encuentran en ella. Tendrán 10 segundos para resolverlo.  

2)    Se dará 30 segundos para que lean las siguientes frases partidas. Al concluir, el profesor preguntará sobre estas frases. 

Actividades de comprensión, inferencia lectora y lectura oral. 
1)    ¿Qué es el zulú? RESPUESTA MODELO: UNA LENGUA AFRICANA
2)    ¿De qué manera sabemos que el juego es africano? RESPUESTA MODELO: PORQUE LO INDICA AL HABLAR DEL ORIGEN. 
3)    Realiza un pequeño esquema que te sirva para acordarte de los elementos esenciales para explicar el juego. Esto lo puedes hacer con tu equipo cooperativo. 
4)    Inventa otro juego (en equipo cooperativo) que se realice en corro. Otórgale un nombre, apunta las normas, la temporalidad, cómo se gana o se pierde, cuántos participantes son necesarios y si hace falta algún material. 
Los ejercicios 3 y 4 se llevarán a la práctica con otro grupo del colegio. 

Evaluación. 
Para la evaluación de esta actividad, el profesorado complementará la siguiente tabla que responde a cada uno de los apartados indicados anteriormente (1: no adquirido; 2: en proceso; 3: con ayuda; 4: adquirido). 

Antes de la lectura. Motivación y nociones previas.

1
2
3
4
Observaciones
Muestra interés por la actividad que se va a llevar a cabo. 





Realiza aportaciones significativas a las cuestiones planteadas. 





Ofrece conocimientos previos que posibilitan una mayor comprensión del tema. 





Realiza predicciones sobre el contenido y se genera preguntas pertinentes.  





Durante la lectura. Observación del profesor.
Realiza una correcta lectura silenciosa.





Presenta una postura adecuada. 





No se ayuda de guías para la lectura. 





Actividades posteriores a la lectura.
Identificación del texto (respuestas acertadas)





Mejora de la atención (número de palabras encontradas)





Memoria (respuestas acertadas)





Habilidad visual. Muestra agilidad para resolver con habilidad dichas actividades. 





Realiza una correcta comprensión de los elementos esenciales del texto. 





Extrae la información necesaria para responder a las cuestiones de manera acertada y concisa. 





Aplica los conocimientos adquiridos para situaciones similares de la vida cotidiana. 





Lectura expresiva.
Expone en público un texto elaborado por él o ella misma con fluidez y ritmo. 






Conclusión. 
La competencia lectora se presenta como un elemento central en el desarrollo del aprendizaje de los niños y niñas, así como su inserción en la vida social. El profesorado debe motivar, ayudar y orientar la lectura de distintos textos, haciéndoles caer en la cuenta que cada tipo de texto requiere de unas competencias estratégicas distintas y, por lo tanto, no siempre se lee de la misma manera. 

La aplicación de la lectura a situaciones cotidianas favorecerá la identificación de la finalidad de la lectura y, por lo tanto, ayudará a que los niños y niñas se encuentren más motivados a la hora de realizar adecuadamente dicha actividad. 

Por último, como se ha comentado al inicio, la competencia lectora no se adquiere de una vez para siempre. Por ello, se ha observado necesaria la elaboración y el acercamiento a distintos tipos de textos que generen en los alumnos las habilidades y competencias necesarias para mejorar en la comprensión lectora y en las inferencias que se pueden realizar para el día a día o sus propios estudios. 

Bibliografía. 
Gutierrez-Braojos, C. y Salmerón, H. (2012). “Estrategias de comprensión lectora: enseñanza y evaluación en educación primaria” en Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, vol. 16, n. 1, pp. 183-202. Recuperado el 25 de febrero de 2020 de https://www.ugr.es/~recfpro/rev161ART11.pdf
Jiménez, E. (2014). “Comprensión lectora vs Competencia lectora: qué son y qué relación existe entre ellas” en Investigaciones sobre lectura, n. 1, pp. 65-74. Recuperado el 25 de febrero de 2020 de https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/44745/1/Comprensión%20lectora%20VS%20Competencia.pdf
Labajo, I. (2019). “Didáctica de la lengua española” en Apuntes de la asignatura, Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle. 

Solé, I. (2011). “Competencia lectora y aprendizaje” en Revista Iberoamericana de Educación (OEI), n. 59, pp. 43-61. Recuperado el 25 de febrero de 2020 de http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/59387/1/616006.pdf  

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